domingo, 25 de mayo de 2014

REFLEXIONES DE LORENA CORTES, DIRECTORA DEL LEDLB (CONTINUACION)

Decretada la alerta roja y el inminente peligro al cual estaba expuesta la población, esa tarde se determina evacuar.  Los habitantes en muchos casos  tratando de escapar  no lograron rescatar absolutamente nada  de sus enseres.  El mismo día sábado y por los lugares donde se propaga el siniestro comienza nuestra mayor preocupación, ya que muchos de nuestros alumnos y compañeros de trabajo vivían en esa zona, por lo que comenzamos a comunicarnos entre el Equipo Directivo y los profesores viendo si se encontraban bien y si había antecedentes a esa hora de alumnos afectados. Esa noche fue sumamente compleja,  desde toda la ciudad se podía ver la magnitud del incendio que acompañado por fuertes explosiones generaba un ambiente aún más complejo.
El día  domingo de manera espontánea nos reunimos en el Liceo el equipo directivo, profesores, asistentes de la educación, centro de padres y lo más destacable, un  gran número de alumnos que comenzaron a subir  a los cerros a fin de ayudar a remover escombros y llevar alimentos preparados a los afectados.  Esa misma mañana comenzamos a organizarnos, se  crearon varias  comisiones, una de ellas se encargó de llamar a cada uno de los alumnos a fin de ver cómo se encontraban, en muchos caso no se obtuvo respuesta por lo que se mandaron cuadrillas para averiguar que les había ocurrido.
El reporte final arrojó que había: 60 alumnos de la jornada diurna, 15 de la jornada vespertina, 1 profesora y un gran número de ex alumnos que perdieron sus hogares más otro número que si bien lograron salvar sus viviendas sufrieron robos o bien sus cosas se estropearon producto  del agua, quedando totalmente inutilizadas.
El liceo de manera espontánea,  sin ser centro de acopio comienza a recibir ayuda tal como: ropa, alimentos no perecibles, medicamentos, ropa de cama, etc.   En un comienzo proveniente de  vecinos y personas anónimas; luego de la Municipalidad de Santa Juana(octava región), colegio Alemán de Valparaíso, colegio Saint  Paul, Universidades Católica, Andrés Bello y Valparaíso; Hotel Neruda de Santiago, campaña una mochila un cuaderno, etc.
Esa semana se suspenden las clases para los establecimientos de Valparaíso. No obstante, muchos profesores con todo lo que se había logrado recolectar, elaboraron cajas con alimentos y elementos básicos de aseo personal. Se habilita un salón para la distribución de ropa y se les comienza a prestar ayuda a las familias que comienzan a llegar al liceo,  tanto de alumnos y ex alumnos. Es importante destacar que la ayuda se entrega a todos los miembros de las familias afectadas e incluso para aquellos alumnos que tenían familiares damnificados.
Una de nuestras mayores preocupaciones era que estos alumnos cuando se integraran a clases no se sintieran discriminados por no contar con su uniforme e implementación deportiva, sin embargo, recibimos ayuda por una motivación personal del la Promoción de 1964 en dinero, con lo que se compró  buzos, parkas y poleras. El centro de ex alumnos reunió fondos con lo que se logra adquirir zapatillas para los afectados.

Finalmente, aun hay mucho que hacer con estos alumnos que lo perdieron todo, pero  si se puede rescatar algo de esta tragedia es el sentido de Comunidad y unión que se generó con los miembros del Liceo Eduardo de la Barra,  no nos queda más que agradecer a todas las entidades que colaboraron de una u otra manera con esta noble y gran causa.

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